.:Lemon:.

Vida y sobras de un sujeto con complejo de limon E-mail

9.23.2004

Life is a celebration

Me gusta leer a Germán Dehesa. Soy de esas personas que se sienten incompletas cuando no han hecho algo e incompleto me siento hasta no encontrar sus letras en el diario. A veces me identifico con él, otras no estoy muy de acuerdo en lo que dice (lo que no significa que yo tenga razón, por supuesto) y en las restantes me pone de buen humor, que es algo que agradezco sobremanera, así como el que tenga el detalle de responder a los correos con los que he tenido a mal causar distrubios en su bandeja de entrada.

Me gusta leer a Armando Fuentes Aguirre. Esa extraña y mexicana mezcla de humor y solemnidad invitan a admirar a una persona que sin que muchos nos demos cuenta ha hecho mucho por la sociedad de su natal Saltillo y ha sembrado sueños en otras partes del país. Yo he tenido la oportunidad de saludarlo en dos ocasiones, la última cuando apenas iniciaba la preparatoria. Debo confesar que me sorprendió muchísimo el que me haya ofrecido su apoyo por si me decidía estudiar en Saltillo una carrera universitaria. Tristemente no fue posible, pero mi admiración y respeto se acrecentan cada vez que tengo la oportunidad de leerlo.

Me gusta leer a Armando Sámano. Sin complicarse la vida, desenmaraña la vida política y social del país y ofrece un punto de vista personal sobre los acontecimientos del momento. Comparte con sus lectores su preocupación por no haber asistido a la utópica Escuela para Padres y la forma en que aprende día con día a desempeñar papeles que si bien nunca serán reconocidos con premios Oscar o Nobel le retribuyen satisfacciones que valen mucho más que todos los premios juntos.

¿Qué por qué menciono estos tres nombres? Porque el principal atractivo de sus escritos es la ausencia de pretensión. No buscan, como muchos, imponer su verdad sino aportar opiniones en busca de despertar en el lector una respuesta, cosa que logran con facilidad. Por eso me gusta leerlos.

El miércoles, el buen maese Sámano cumplió un año con There is no such thing as WOM. Desde aquí la felicitación y el agradecimiento por dejarnos entrar al portal de su cibercasa. Gracias, Armando.